Para el delito de injuria no está prevista la pena de cárcel, pero sí que es posible castigarlo con pena de multa. Es decir, pagando una cuota dineraria por parte del denunciado al juzgado. Si los insultos son hechos con publicidad, esto es, a través de Internet o medios de comunicación, la pena de multa a imponer es de seis a catorce meses. En cambio, si no son efectuados sin publicidad, la pena de multa va de tres a siete meses. En este artículo de unComo te explicamos cómo evitar la pena por delito de insultos.
¿Cuál es la pena por un delito de insultos?
A parte de la pena de multa, conocida como responsabilidad penal, el responsable de los insultos tiene que reparar el daño infligido y pagar una compensación económica al ofendido, conocida como responsabilidad civil. La cuantía de esta indemnización se fijará en el juicio según la gravedad de los insultos y la afectación al ofendido. Es posible que si el responsable de los insultos reconoce ante el juez que los insultos son falsos y se desdice del insulto, se imponga una pena de multa inferior en grado. Es decir, se pagará una cuantía inferior como multa al juzgado. La publicación de la sentencia también corresponde como concepto de reparación del daño.
¿Cómo evitar la pena por un delito de insultos?
La persona que haya insultado a otra y se considere como un delito de injurias, puede librarse de la responsabilidad penal analizada en el apartado anterior. Para librarse de la pena de multa, el responsable de los insultos debe pedir perdón al ofendido de forma expresa antes de la imposición de la pena. Esto no quiere decir que el responsable de los insultos no tenga que hacer frente al pago de una indemnización al ofendido para reparar el daño al honor e imagen de este.
Antes de celebrar el juicio, es necesario que el ofendido y el responsable de los insultos hayan celebrado un acto de conciliación y presentar el certificado antes de la celebración del juicio.
Si en el acto de conciliación el ofendido y el responsable llegan a un acuerdo, se respeta lo pactado entre las partes al tratarse de un delito penal. En cambio, si no se consigue un acuerdo en el acto de conciliación entre las partes, se debe celebrar el juicio y respetar el contenido de la sentencia.
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