Cómo ahorrar para vivir solo

Cómo ahorrar para vivir solo
Imagen: heraldo.es

Independizarse del hogar familiar y vivir en una casa propia es una aspiración lógica de cualquier persona joven, aunque en ocasiones la falta de fondos impide llevarlo a cabo. Sin embargo, en ocasiones no es algo tan complicado si se ajustan gastos y se emplea el dinero racionalmente. Sigue leyendo si quieres saber cómo ahorrar para vivir solo.

Pasos a seguir:
1

Lo primero de todo, haz una lista de todos tus gastos en un mes normal. Si no tienes los tickets o los recibos, intenta hacer una estimación lo más ajustada y realista posible. Y si tienes que redondear, intenta hacerlo al alza y no a la baja. Si puedes, asigna una cantidad límite para cada concepto e intenta no gastar cada mes más de lo asignado a cada una. Si no puedes realizar un gasto en ese mes y no se trata de algo urgente, espera al siguiente.

2

Ordena los conceptos que hacen que gastes más dinero al mes o crees que pueden hacerlo, si aún no has dado el paso. Elige los que son absolutamente imprescindibles y decide si con tu sueldo actual te puedes permitir vivir con independencia. Por ejemplo, si los gastos de hipoteca o alquiler son excesivos, puedes plantearte compartir piso, y así de paso compartes también otros gastos fijos como luz, agua, comunidad, Internet...

3

¿Cuánto sueles gastar al mes en comida? Quizá puedes ahorrar más de lo que crees si cambias las marcas de algunos productos. En lugar de comida precocinada, más cómoda de preparar pero más cara y muchas veces menos sana, puedes pasarte a una dieta más tradicional, en la que haya más verdura y menos carne. Puedes dedicar por ejemplo un día a la semana a cocinar varios platos como potajes, salsas y guisos que puedes guardar en el congelador y racionar durante mucho tiempo, calentando luego en el microondas.

4

La factura de la luz cada vez sube más, por lo que hay que controlar muy bien los gastos. Si el termo es eléctrico, haz tus duchas más cortas; apaga la luz cada vez que salgas de una habitación; no tengas la tele puesta de fondo si no le estás prestando atención; apaga el router cuando salgas de casa si no estás usando Internet; usa bombillas de bajo consumo; desconecta el cargador del móvil o tableta cuando se haya terminado de cargar... Son muchos pequeños gestos que no cuesta incorporar a la rutina diaria y hacen que acabes ahorrando un buen dinero.

5

Raciona tu ocio. A veces salir un fin de semana acaba costando un ojo de la cara, y no nos damos cuenta hasta que hacemos recuento al día siguiente. Puedes alternar las salidas a locales de ocio y eventos en la calle con reuniones con amigos en casa. Puedes ver una película, organizar una cena, jugar a la videoconsola o juegos de mesa, y muchas más cosas.

6

Elige bien tu medio de transporte. ¿Realmente necesitas un coche? Mantener un vehículo particular tiene asociados muchos gastos, aparte de la gasolina: impuestos, reparaciones, seguro, repuestos, etc. Si vives en una ciudad con una buena red de transporte público, podrás ir a casi cualquier parte en autobús, tren de cercanías o metro, o si te lo puedes permitir, andando o en bici (mucho más económico y mejor para tu salud). Si usas el transporte público, infórmate bien de los diferentes bonos y descuentos de los que puedes beneficiarte.

7

Revisa tus tarifas de teléfono. ¿Tienes contratada realmente la compañía más barata? ¿Utilizas el móvil tanto como para pagar esa factura cada mes? Valora si merece la pena cambiar de compañía o de tarifa, en función de tus necesidades. Te pueden resultar útiles los trucos que te contamos en Cómo ahorrar en la factura de teléfono.

8

Controla las compras compulsivas. Si realmente no tenías pensado comprar algo y no lo necesitas, párate antes de desenfundar la cartera. Si ves un producto con una gran rebaja en un escaparate puede ser muy atractivo, pero si no lo compras, en realidad estás obteniendo un descuento del cien por cien.

9

Haz recuento de todas las comisiones que pagas. ¿Necesitas mantener una tarjeta de crédito con una comisión alta? Si tu banco te cobra más comisiones de las que te gustaría, valora otras opciones financieras. Si te cobran por conceptos como realizar transferencias de dinero por Internet, puedes hacerlas en persona en sus oficinas para ahorrarte ese dinero.

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